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miércoles, 14 de septiembre de 2011

EBITDA y Cash-Flow: Indicadores parecidos, pero no iguales

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El EBITDA es un acrónimo que responde a Earnigs Before Interest, Taxes, Depreciation, and Amortization. Beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones. Este indicador se ha consolidado, en los últimos años , como el indicador más utilizado para medir la rentabilidad operativa de una empresa. ¿Por qué?


El beneficio contable, que es una medida que habitualmente se ha tenido en cuenta, es en realidad una "ficción" y puede esconder, en su cálculo, distintas asunciones que distorsionan su utilidad ya que no refleja el rendimiento operativo, ni es una estimación del Cash-Flow.


El EBITDA tiene la ventaja, por tanto, de eliminar el sesgo de la estructura financiera, del entorno fiscal y de los gastos "ficticios". De esta forma, permite obtener una idea del rendimiento operativo de las empresas y comparar de una forma más adecuada lo bien o mal que lo hacen distintas empresas o sectores en el ámbito puramente operativo.


Un error bastante común es considerar el EBITDA como una medida del Cash-Flow de la compañía. El error procede del hecho de que los intereses y los impuestos son gastos reales, y por lo tanto relevantes en el cálculo del flujo de caja. Tampoco tiene en cuenta las inversiones realizadas o las variaciones de capital, que también tienen impacto en el Cash-Flow. Vincular EBITDA y Cash-Flow también supondría asumir que todas las ventas de cobran, todas las deudas de pagan, y todo lo que se compra se vende. Lo cual, evidentemente, no es así.


En este sentido, muchos critican el EBITDA como un indicador "maleable" en cuyo cálculo se pueden realizar distintas asunciones, y que por lo tanto pueden servir para maquillar los resultados verdaderos de una organización. Lo cual, de cara a realizar decisiones de inversión, puede resultar fatal ya que en términos financieros, lo único relevante es el Cash-Flow, el dinero que realmente genera una empresa y que puede calcular  mientras que el Cash-Flow exige hilar más fino.


Como conclusión, habría que decir que el EBITDA es un buen indicador si se usa con precaución y para lo que está diseñado, y es un indicador enormemente peligroso si se toma como única medida de capacidad de una empresa de generar "cash". Que es, en el fondo, lo que importa.

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